Todavía no se puede decir que Juande Ramos va a bajar a la Segunda división para tratar de rescatar al Betis del infierno. Queda un trecho importante para que ambas partes lleguen a un acuerdo, pero sí se puede afirmar que lo más difícil ya está hecho: establacer la comunicación que hacía falta y poner sobre la mesa la predisposición favorable a una negociación. De hecho, ésta ya recorrió gran parte del camino en el día de ayer, como se puede leer en ABC de Sevilla.

Fue el sábado, a la conclusión del partido con el Numancia, cuando Canal Sur Radio avanzó la posibilidad de que el Betis tratara de conseguir la contratación del cotizado técnico manchego, ya que en el seno del club eran muchos los partidarios de que se intentara el contacto con éste y existía la firme voluntad de tratar de convencer a Manuel Ruiz de Lopera de la idoneidad de la iniciativa, que sin embargo no era fácil. Fuentes de la propia entidad confirmaban ayer que ya en noviembre se pulsó a Juande, pero la cosa no quedó más que en eso. No obstante, el de Pedro Muñoz mantiene fuertes amistades en Sevilla y a través de ellas les resultó posible a algunos consejeros del Betis saber la semana pasada que al entrenador, actualmente en paro tras su breve aventura en Rusia, no se le caerían los anillos por trabajar en la categoría de plata siempre y cuando eso significara volver a Sevilla y al Betis, ya que anteriormente había rechazado ofertas para incorporarse a otros dos equipos de la Liga Adelante e incluso para hacerse cargo de dos selecciones nacionales menores. Eso sí, habría que respetar el caché que el técnico ha conseguido en las últimas temporadas y tendría Ruiz de Lopera que aceptar una serie de condiciones deportivas impuestas por Ramos para poder trabajar con las garantías que considera necesarias para optar realmente al ascenso de categoría, en primer lugar, y para poner los cimientos de un futuro proyecto en la Primera división si se alcanzara en junio la ansiada meta de volver a la máxima categoría.

La reunión del lunes

Mucho se avanzó el lunes por la tarde. Como informó este periódico en su edición de ayer, en la oficina de Manuel Ruiz de Lopera se celebró una reunión que se alargó desde la tarde hasta la madrugada y en la que participaron, además del propio consejero delegado, los hombres más cercanos a éste en el gobierno de la entidad bética, como el presidente, José León; el adjunto a la presidencia, Ángel Martín; el gerente, José Antonio González Flores; el director deportivo, Manuel Momparlet; y algún que otro consejero. Ahí se debatió la situación del equipo, los motivos de la crisis de juego y resultados que acusa y la conveniencia de mantener o no a Antonio Tapia en su puesto. Se constató alrededor de la mesa que la opinión predominante apostaba por la destitución inmediata del baenense, pero hacía falta un relevo, y al debatir este punto hubo coincidencia en el nombre: Juande Ramos. Se le indicó al consejero delegado, aunque él ya lo sabía, que el manchego estaría dispuesto a estudiar una oferta y que habría que intentarlo. Y se intentó.

Antes de establecer contacto directo con el propio Juande hubo conversaciones con personas allegadas al técnico que actuaron como intermediarios. Y ahí se confirmó que, efectivamente, la contratación se podía abordar. Se empezó a avanzar en el camino y poco a poco la posibilidad empezó a tomar cuerpo.

Tapia, al tajo

Sin embargo, Antonio Tapia seguía siendo el entrenador del equipo a la finalización de esa maratoniana reunión y de hecho el baenense dirigió en la mañana de ayer la primera de las dos sesiones de trabajo que estaban planificadas para la jornada. Lo hizo con toda la naturalidad e igualmente trabajó con normalidad por la tarde, cuando volvió a reunirse con sus jugadores para seguir preparando el encuentro del sábado con el Salamanca. En el club nadie hacía declaraciones y en la radio oficial, al repasar los titulares de los diarios en los que se mencionaba a Juande Ramos, sólo se hizo un mínimo comentario aclaratorio a posteriori: «Esto es lo que dice la Prensa, que nosotros ni confirmamos ni desmentimos nada». Por cierto que Dani compareció ante los informadores después del entrenamiento de la mañana y cuando se le preguntó por el posible regreso a Heliópolis del entrenador que le dio la alternativa en el primer equipo, respondió con mucho aplomo que no quería hacer ninguna valoración sobre cualquier técnico que no fuera Antonio Tapia por una simple y elemental cuestión de respeto.

Por la tarde se sucedieron las llamadas, los rumores y las conversaciones. Las personas que en un primer momento habían hablado en nombre de Juande Ramos se retiraron a un segundo plano ya establecido el contacto obligado entre las partes interesadas y ya entró en escena un agente FIFA afincado en Sevilla, Gonzalo Escacena, que expuso sobre el papel las condiciones que exigía Juande Ramos para firmar por el club bético. Se habló de un vínculo que en el caso de que se lograra el ascenso de categoría se alargaría al menos por dos temporadas más (posiblemente tres) y todo eso se traduciría en unos honorarios variables —siempre elevados, eso sí— y en unas garantías de cobro de una determinada forma con las responsabilidades fiscales absolutamente definidas. Por otra parte, Juande proponía un equipo de ayudantes que tendría que acompañarle en la empresa y, por supuesto, una serie de medidas que habría que tomar respecto a la configuración del plantel, lo cual pasaría por la realización de algunos fichajes antes de que expire el plazo de enero y por las salidas a las que dichas incorporaciones obligarían. Y en eso se quedó ayer por la tarde.

Consultadas las partes, ambas mantenían un hilo de optimismo por el cual hay que considerar la posibilidad de que hoy se pueda llegar a un acuerdo que en un principio parece ciertamente difícil. Porque no será fácil que finalmente Lopera y Juande estrechen sus manos, todo hay que decirlo. La operación, en toda su extensión, le saldría por un pico al club verdiblanco, y anoche el consejero delegado estaba estudiando la viabilidad de la misma. Está convencido de que Juande puede devolver al Betis a la Primera división y sabe que la afición valoraría el esfuerzo, como es consciente de que si el de Pedro Muñoz fracasara en el intento nadie podría acusarle a él de no haber hecho todo lo posible para reconducir la situación. Sin embargo, «la pela es la pela» y Juande Ramos, es la verdad, está en una posición en el mercado que le concede el privilegio de pedir e incluso exigir. Eso sí: a cualquier equipo de Segunda le diría directamente «no». Menos al Betis. Y eso tiene un valor.

Emplazados a hoy

Ya a las nueve de la noche de ayer se aseguraba por un lado y por otro que habría que esperar a hoy porque lo que quedaba por hacer requería una reflexión. ¿Qué va a suceder? Imposible preverlo, pero desde luego sí que se puede asegurar que lo que el sábado podía parecer imposible, y es que Juande Ramos acudiera al rescate del Betis, es ahora mismo una posibilidad real. Difícil, sí, pero real porque cuando dos quieren, el acuerdo es posible. No se pierda de vista, sin embargo, que Antonio Tapia no ha sido destituido, de modo que hoy, como ayer, es el entrenador del Real Betis Balompié.

Fuente: http://www.alfinaldelapalmera.com/